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Violencia digital. Explorando el reporte del Centro S.O.S. Digital

El acceso a Internet y las redes sociales nos permiten acceder a un sin fin de información, que no siempre es verdadera; lo  que puede generar confusión, entre otras cosas, sobre el identificar cuándo hay violencia de género facilitada por la tecnología o qué hacer cuando la estamos atravesando y mientras tanto los casos en nuestro país se incrementan día a día.

En Bolivia, estamos en un proceso de comprender la importancia de abordar la violencia digital de género y sus repercusiones. Pensar que bloquear un número o dejar de responder mensajes de acoso soluciona el problema, minimiza la gravedad de la situación. ¿Te imaginas aconsejarle a una persona con depresión que sonría y sea felíz? Con la violencia digital de género es lo mismo. Incluso, al estar tan naturalizada la violencia de género en entornos digitales, muchas veces no es reconocida, y se entiende como algo normal.

En este contexto, desde el 2019 el Centro S.O.S. Digital brinda apoyo, contención e información a personas a través de su línea de acompañamiento, que es totalmente gratuita y maneja fuertes principios de confidencialidad para los casos.

Hay que entender la violencia digital como una más de las violencias de género que viven mujeres, diversidades sexuales y como tal, puede pasarle a cualquiera. ¿Pero sabemos cuántas personas atraviesan violencia de género en línea? La falta de estadísticas oficiales no sólo invisibiliza este fenómeno sino que no permite desarrollar políticas públicas para enfrentar esta problemática. Siendo así, el Centro S.O.S. Digital presenta un reporte anual que nos permite conocer de cerca cómo está la situación nacional, realizando un análisis de las principales violencias digitales atendidas por su línea, ofreciendo consejos prácticos y asesoramiento a quiénes escriben buscando ayuda.

El último reporte, señala que la principal violencia digital atendida a nivel nacional fue el abuso sexual a través de las TIC. Esto conlleva un sin fin de aspectos a tomar en cuenta, como la responsabilidad de las plataformas digitales, cuyas políticas de protección no son suficientes para cuidar a sus usuarios y usuarias. Además, nos demuestra que dentro de la legislación boliviana es necesario implementar políticas públicas que prevengan, atiendan y reparen y normativas específicas que penalicen el abuso sexual digital.

Denunciar la violencia digital puede ser frustrante debido a la ineficacia de las autoridades que minimizan los casos y a las víctimas, remarcando sus prejuicios personales al lanzar comentarios como «no deberías enviar esas fotos». En el reporte se destaca la falta de capacidades técnicas en las autoridades que no cuentan con protocolos adecuados para abordar estos casos y, en ocasiones, ponen en riesgo a las víctimas al involucrarlas como “carnada” para atrapar a los agresores.

Otro aspecto importante que muestra el reporte, son los peligros del grooming, desmitificando ideas erróneas sobre este tipo de violencia en el que personas adultas buscan generar vínculos con niños, niñas y adolescentes por medios digitales para su abuso. Es crucial educar a esta población sobre la navegación segura en internet sin ser restrictivos, proporcionando herramientas para que puedan enfrentar situaciones de riesgo. Para ello, es clave que exista la educación sexual integral digital.

Ante este panorama, el servicio del Centro S.O.S. Digital se presenta como una gran herramienta en la lucha contra las violencias digitales de género, ofreciendo ayuda tecnológica, psicológica e información de la ruta de denuncia sin revictimizar y con una mirada integral.

Lee el reporte completo aquí